SU MUNDO

• ...Y le pregunté a su papá si podía tenerla entre mis brazos un momento. Asintió con un sorprendido y tierno "SÍ" simplemente, mientras me decía que tuviera mucho cuidado con la cabecita de la niña , ya que no tenía la fuerza suficiente para mantenerla solita.
  
  Al tenerla entre mis brazos me di cuenta de lo pequeñita que era, de su fragilidad.
  Empezó a llorar, era un llanto débil, un llanto no de hambre sino de dolor.
  
  Su padre me miró y me dijo triste y abatido que lloraba quizás por hambre.
  Le dije que no, que lloraba por dolor ya que al moverla de su sillita sus musculos se contrageron y el tubo que le traspasaba el estómago se movió y ella sentía como si fuera un cuchillito que le traspasaba hasta el alma.
  La abracé como quien abraza a el ser más entrañable, la besé mientras le hablaba al oido diciendole: Tranquila cariño, tranquila!!.
  
  La dormí entre mis brazos, como cuando lo hacía con mi hija, como cuando era así de pequeñita... Mientras le hablaba al oído de duendes, hadas, gnomos y brujas buenas que velarían su sueño.
  
  Su padre me miraba extrañado,ya que para él era un idioma desconocido...Español?Preguntó.
  No, le dije con una sonrisa mientras depositaba a la pequeña en su carrito preparado exclusivamente para ella..Es el idioma de los niños como tu hija.
  Sonreímos, he hizo una pequeña broma:
  
  -.Èse idioma intento aprenderlo desde hace ún año .- Me dijo entre sonrisas tristes.
  -.Èse idioma no se aprende sólo. Èse idioma te lo va enseñando ella en su mundo. Un mundo que muchos consideran oscuro, triste, e inútil.-Respondí y sequidamente seguí hablando bajito, para no despertarla, para que no volviera a sentir los dolores.
  
  -.Cierra tus ojos , aprende a sumergirte en su mundo, dile que te lo enseñe.- El me interrumpió diciendome que ella no podía hablar.
  Y yo le corté diciendole que no era éso, que no es que ella no pueda hablar, es que él aún no ha aprendido a escuchar.
  
  Todos tenemos algo que decir, incluso un silencio eterno lleva algún mensaje.
  Le sonreí ahora yo comentandole dulcemente que si ponía todos sus sentidos, todo su amor, llegaría a aprender el idioma que yo hablé con su hija, el idioma que me enseñó alguna vez la mía en sus silencios, en su mundo para muchos oscuro e inútil ,y para otros el mundo de duendes, hadas, gnomos y brujas buenas.
  Vulgarmente llamado para los mortales el mundo de los "minusválidos".